lunes, 14 de abril de 2014

Versión final del 14 de abril de 2014.
El presente irreal imaginado
Es difícil imaginar qué hubiera sucedido. Quizás una de las facetas más interesantes de nuestra imaginación es soñar con mundos posibles o más bien imposibles, es como vivir diferentes vidas en una sola...La magia de lo desconocido es poderosa, despierta mi intelecto y curiosidad, aviva mi imaginación o la desestructura...no sé. Bien se dice que las más hermosas historias de amor son aquellas que no pudieron ser vividas hasta el final, pero que pudieron ser posibles. Esta es nuestra historia que no fue, una de las que no pudieron ser. Te contaré lo que pudo haber sido y no es, pero aún así, debo confesarte que es hermoso lo que pudo haber sucedido y es, en otro Universo o quizás en otra vida. Lo no vivido no se destruye, mientras que a veces, el áspero desgaste del día a día acaba con las mejores historias de amor sobre este escenario abrupto y desolado que es el mundo actual y quizás el que siempre ha sido. Quizás el amor, esta pasión indescifrable del alma, sólo puede existir sin el lastre de la carne...quizás. Por eso Romeo y Julieta, Abelardo y Eloísa, Paolo y Francesca tuvieron que vivir sus trágicas historias de amor y terminarlas a saber en que cielo o Universo desconocido o paralelo.
Dejo constancia de todo esto porque debo explicaciones a mi íntimo universo, es parte de mi compromiso con la vida, con tu vida imaginada o no, aunque ahora la tengas ya resuelta, la tengamos resuelta, a veces me sonrío cuando digo eso, porque… sin amor en la vida, no hay vida resuelta, la vida sin amor es como una compleja y elegante ecuación que no tiene solución o que aún no se la encuentra, realmente es una vida incompleta, vacía. Forma parte de mis deudas informales contigo, pero debo dejar claro que no pudo ser por que no quisimos que fuera y así debía ser o porque no debió ser; puede sonar paradójico, pero la vida es así, paradójica, contradictoria, a veces injusta pero así es. Como dicen los japoneses, si entiendes la vida: la vida es lo que es, si no la entiendes: la vida es lo que es. Pero para que yo un día pudiera escribirla debió haber sucedido todo lo que sucedió, quizás…pero si no, no hubiera existido y una hermosa historia se hubiera perdido en el olvido, aunque esos nuestros “no”, hayan arrinconado nuestro destino contra el o los destinos posibles. Hay historias que deben quedar suspendidas en el tiempo y el espacio, ese limbo existencial que guarda todas las historias no cumplidas del Universo, de otra manera no podrían existir ni en nuestra imaginación y esta terminará cuando uno de los dos muera o no podamos más imaginarla o yo no llegara escribirla, pero está ya escrita, no ha alcanzado la eternidad sino la concreción de las cosas reales o de los sueños, que son pero sólo en nuestras mentes en ese onírico universo que vive en no sé que lugar de mi espíritu, pero que en ocasiones, su realidad supera mi realidad diaria. Quizás como dice Lope, la vida es sueño.
No sé exactamente que puedo contarte de esa otra vida que pudo haber sido y no fue, pero que es con absoluta seguridad en otro Universo u otros universos. Puedo asegurarte, que esa situación imposible me causa dolor y frustración, pero también alegría, una inmensa alegría, idealizada quizás, pero cierta, a veces hasta demasiado real y como te dije en una ocasión, qué bueno que en algún lugar ignorado, somos, tú y yo, aunque no lo veamos, ni obtengamos nada de ello, vivimos en una de las ramificaciones de nuestros destinos, en esa en que tú y yo nos dijimos “sí” y posibilitamos el milagro, parece fácil decirlo ¿no?, pero no es así. Siempre me ha intrigado esa forma fractal que se forma según nuestras negativas o asentimientos, dependiendo de ello, las ramificaciones van hacia un lado u otro, a veces, completamente opuesto y los árboles que se forman, la estructura fractal, es absolutamente diferente de cualquier otra y los resultados imprevisibles o al menos no controlables, pero no por ello menos ciertos, porque en las múltiples existencias que podemos llegar a crear con esa fractalidades, todo...todo querida es posible, aunque jamás sepamos que pudo ser de nosotros en cada una de ellas. Pero de alguna manera incomprensibles es consolador que podemos ser una posibilidad en otras líneas de tiempo, en otros espacios.
Ahí hicimos todos los viajes que soñamos juntos, viajamos a otros universos, descubrimos sensaciones que no son posibles en este y encontramos lugares de infinita calma y paz, aunque algunos hemos realizado de este lado oscuro del Paraíso, pero en aquel sí que vivimos en la minimalista casa de nuestros anhelos, creo que a la orilla del mar en algún lugar del esmeraldino Mediterráneo o al borde de un enorme precipicio en alguna montaña tropical, creo que esta última ubicación es más propicia a lo imaginado, pintada toda de blanco, el piso y cielo blancos, de forma que sólo los muebles rojos o algún objeto colgado de las paredes nos dan información del espacio y en ella tú también de blanco, tu cabello rojo o dorado; yo, como siempre, de negro y Sebastian, así, sin acento, el niño que nunca fue, nuestro hipotético hijo, nacido del más puro amor, vive en una dimensión que jamás podremos procrear, especulo querida, especulo, que juega con extraños juguetes sobre la alfombra verde la terraza que da hacia cielos de inenarrable belleza y complejidad. Te veo con tu mano blanca, de dedos largos perfectos, ¡ay tus bellas manos querida!, acariciando sus rizos largos, suaves, él contra tu pierna, abrazado, protegido, amado, vestido de azul profundo, como el de Gainsborough, mientras tú me recibes con tus besos que, quizás por no dados, sólo presentidos o soñados, son los más hermosos besos que mi boca ha recibido.
Sí, debo decirte que en esa espiral del tiempo, en ese específico segmento de la espiral, no sé en que extremo de ella o voluta temporal que se extiende hasta infinito hacia atrás y delante, somos felices, algo que ni con grandes esfuerzos y sacrificios conseguimos en esta existencia que tampoco sé si sea la real o la otra, en donde nos amamos hasta la eternidad, o sea hasta el día de nuestra muerte, que termina así, de un tajo, ese ridículo concepto de eternidad humana, que he llegado a detestar por ser una de las falacias más inmoralmente explotadas en este mundo. En ambas y en todas las que existimos, te amé, te amo y te seguiré amando, eso es lo importante; sea cual sea el real Universo de nuestras vidas, en todos y en más que fuesen, te amaría; en eso Dios ha sido justo, te amo en sueños, en otros Universos, o quizás en ninguno, pero aún así, te amo en el vacío oscuro de la nada y el océano oscuro, profundo de tus ojos, en el rojo carmesí de tu corazón y en el reflejo de la imagen azul de aquel niño que soñaste y que al menos de este lado del Edén, tristemente, no pudo ser.
LSR.




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