miércoles, 15 de enero de 2014

San Salvador, 14 de enero de 2014.

El debate que no fue.

Verdaderamente lastimoso. La organización, la estructura del programa, era incompatible con el formato de un debate, todo parecía prefabricado, preguntas y respuestas planteadas y resueltas de antemano, ninguna improvisación, cero creatividad, el tiempo limitado, el presentador, absolutamente impresentable. En fin, todas las condiciones para fabricar a la perfección un rotundo fracaso, el resultado: un decepcionante monólogo de cinco personas, sin sustancia, superficial, en ocasiones infantil.

Exposiciones repetitivas de lo que se ha venido diciendo durante casi un año o más. Nada en concreto, nada nuevo, fantasías, sueños, alguna que otra pesadilla, como las que se refieren al combate contra las maras. Falta de enjundia en el lenguaje, pobreza de ideas, de propuestas y sobre todo una sordera absoluta en todos los candidatos. Nadie respondía lo que se le preguntaba, con ligeras, muy ligeras excepciones. Pero en general, una despreocupación por responder, analizar y tratar de ofrecer propuestas reales, soluciones, a los grandes temas y problemas de nuestra nación, porque daba la impresión que llevaban sus diálogos, sus guiones escritos y no se podían salir de ellos, yo creo que so pena de confundirse y no saber que decir, porque déjenme decir que en cuanto a oratoria y expresión corporal, los cinco están en fase de aprendizaje, pueda que no sea algo absolutamente importante, pero algo nos comunica, algo nos dice sobre ellos. No se vio inteligencia en acción, ni ráfagas de ingenio, ni exactitud, ni brillantez en los argumentos, ningún peso en las ideas, en fin, una reunión light, de ideas vagas, insustanciales y algunas descabelladas.

Si el pueblo salvadoreño, esperaba sacar algo en claro de lo que bulle en la mente de sus candidatos a dirigirlos durante los próximos cinco años, pues se quedaron igual que antes, inclusive un poco más confusos, pues frente a las cámaras, se mostraron en su verdadera magnitud: escasos, poco preparados, inseguros y volátiles. Ninguna imagen de estadista, de líder, de fuerza revolucionaria, ni hacia la izquierda o derecha.

El señor Saca se promovió continuamente con auto elogios, queriendo dejarnos la impresión que, al terminar su período, nos entregó un país fabuloso, lleno de oportunidades y de bienestar, lo dijo reiteradamente, mientras los televidentes volvíamos a ver hacia todos lados buscando esos milagros políticos. Los dos candidatos minoritarios, el señor Rodríguez y Lemus, al menos se mostraron más vivos, más despiertos, señalando algunos puntos concretos de nuestra postración social y del abuso de poder que se estila hoy en la política nacional. Aunque sin señalamientos inteligentes de cómo debe de manejarse las soluciones. Todos señalaron los problemas, pera nadie dijo cómo o de dónde saldrán los fondos para esos planes espectaculares de creación de trabajo, empresas, de los enormes gastos en educación o para encontrar la paz. A la hora de la concreción, todos esquivaron el bulto y los salvadoreños seguimos sin saber de dónde saldrán los dineros para enrumbar el país por el camino del desarrollo. Al final llegamos a la conclusión que será un acto de magia insuperable.

El candidato del Fmln, mostró su rostro inseguro, de lagunas, daba la impresión por momentos que no sabía que continuaba en su guión y consultaba sus notas. A mi en lo personal, me pareció temeroso, sin iniciativa, cansino en sus expresiones y un poco desestructurado en su discurso. No parece un hombre de acción, aunque dicen que fue buen soldado, pero la edad nos transforma, nos adormece, nos quita impulso, puede ser eso. El señor Quijano, evadió igualmente los puntos centrales del monólogo, no hubo mayor demostración de fuerza intelectual y lo noté un poco aburrido en sus planteamientos, aunque creo que algunas cosas fueron dichas con claridad.

En conclusión, el espectáculo fue pobre, pudo haber sido una ventana para que viéramos pasión, amor por el pueblo, amor por la justicia y la libertad, pero fue un acto de pusilanimidad, envuelto en vanas palabras carentes de fuerza y de objetivos concretos. Pero hay que votar. Por la Libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario