jueves, 2 de enero de 2014

San Salvador, 1 de enero de 2014.

Posibilidades de cambio.

Viendo lo que sucede a mi alrededor, es fácil constatar la crisis social derivada de la crisis de la familia: los matrimonios sumamente frágiles, el amor es un mariposeo continuo, azuzado por masivas campañas cinematográficas y de series televisivas que promueven, promocionan lo insustancial de la unión matrimonial y la naturalidad del sexo libre. La promiscuidad muy arraigada, el alcohol y la violencia intrafamiliar crece, según las estadísticas; la inestabilidad en el seno de la familia hace que los jóvenes busquen el núcleo pandillero en donde, al menos, hay cohesión, sentido de pertenencia, malignos ellos, pero reales, algo que no se encuentra en el hogar disgregado y violento, pero las pandillas, con su base de maldad producen seres hostiles y agresivos con la sociedad. Se pierde ahí el sentido de solidaridad social, de respeto mutuo, los valores se diluyen en el libertinaje violento, la irresponsabilidad crece, el caos se impone y así, hemos llegado a esta real distopía en que vivimos .

¿Qué hacer?, la religión definitivamente no es la solución. Está visto, en este país donde en cada cuadra hay una iglesia. Lo que falta es educación formal, educación seria, con rigor, desde los primeros años. Esto parece ser la solución probada en países como Japón, Suecia, Noruega y otros muchos en donde la sociedad marcha por otros cauces, la laicidad es parte de ese buen vivir, del camino correcto.

Ya es tiempo que aquí también empecemos a pensar racionalmente. Nada viene del cielo, ni de los mercaderes de Dios, es trabajo continuo del ser humano sobre y para el ser humano. Educar con valores es el objetivo, enseñar que los derechos humanos en su magnífica extensión, son patrimonio de la humanidad y deben ser respetados para vivir en sociedades pacíficas, armoniosas y justas. Hay que reformar la educación, enseñando a vivir, como decía Russeau. Enseñar filosofía, para aprender racionalmente a interpretar el mundo, el sentido de la vida y la organización del pensamiento, fundamental para crear un Universo lógico, es el triunfo de Europa. Reformar la escuela primaria, la secundaria, la Universidad. Crear profesionales, pero también buenos ciudadanos. Reformar la política y los políticos, reformar la economía, vital consolidar el estado de derecho. Es un proceso integral, de lo contrario, no funciona.

La sociedad es un todo integrado, holístico, ya que el tejido social resultante, es diferente de cada individuo que lo conforma y la suma de todas las voluntades, de todas, enfatizo, es mucho más poderosa que la simple suma de las mismas. Es necesario entender esto para comprender la enorme fuerza que la sociedad puede ejercer sobre el cambio y de lo poderosa que se vuelve cuando trabaja al unísono.

Para todo esto, lo primero que tiene que cambiarse es la política y los políticos, al menos en El Salvador, no veo otra salida. El pensamiento político de la nación, está agotado, hay un divorcio absoluto entre las aspiraciones del pueblo y las políticas del gobierno, en muchas áreas, otras, ignoradas como la Educación. Los políticos carecen de cultura, por sus obras los juzgo, porque debo admitir que jamás he platicado con un diputado, o sea, ignoro su grado cultural, juzgo por lo hechos, lo que veo y leo. Viven de los informes de asesores, que a juzgar por lo que se dice, parientes y familiares, mal pueden asesorar en cuestiones científico-culturales, necesarias para una reforma educativa en profundidad que pueda redimir este país. Ellos en general, no tienen pensamiento político, conocimientos, dicho en pocas palabras, carecen de cultura, que según nuestra constitución es un requisito fundamental para muchos funcionarios públicos.

Una tarea titánica, que sólo puede emprenderse por la sociedad salvadoreña en general y en su totalidad. Primero exigir, luego actuar. Llegó la hora de indignarse, de reclamar nuestros derechos, los nuestros y los de nuestros hijos, las grandes víctimas del caos actual. Nosotros decidimos. No es quién ofrece más, sino quien ofrece Libertad, esa debería ser nuestra elección.

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