sábado, 20 de agosto de 2011

Una relación innombrable.

San Salvador, 20 de agosto de 2011.

Una relación innombrable.

De pronto me di cuenta que podía vivir sin ti. Quizás no exactamente sin ti, pero sí sin tus lacerantes recuerdos, porque ya no había necesidad de ellos. Repentinamente, había comprendido que no debía martirizarme más por lo que había perdido o habíamos perdido, -no estoy seguro de nada tuyo-, sino que debía alegrarme de que hubiera sucedido, que aquella época, aquella pasión hermosa, sutil, hubiera llenado azules años de mi vida con los mejores de la tuya, era un tesoro perdido, pero ¡qué bueno que lo había tenido!, al fin y al cabo, aunque de diferente manera estábamos de nuevo juntos, viviendo quizás una ilusión o una fantasía pero uno al lado del otro; disfrutando una relación que ninguno de los dos se atreve a ponerle nombre; llena de dudas existenciales, de sentimientos inquietantes no en mi caso, pero sí en el tuyo. Es una nueva magia que envuelve nuestras vidas. Hoy sabemos que irremediablemente viajaremos a nuestras Ítacas juntos, la mía menos lejana que la tuya, que ese es quizás nuestro destino, un camino sinuoso pero gratificante, lleno misterios y rituales extraños que sustituyen nuestros antiguos placeres y nuestro rutinario formalismo amoroso, que iba poco a poco limando las sorpresas de la vida.

Hoy, en esta lejana cercanía misteriosa, la magia surgida de lo nuevo y de lo secreto, lo prohibido, hace que inventemos idiomas del corazón novedosos: las manos, los abrazos, las palabras, los silencios mismos expresan miles de palabras que quizás no comprendemos a cabalidad pero que definen con exactitud nuestra innombrable relación. Que representan de manera diversa pero exacta, la magnitud de nuestros sentimientos. Y que también, de forma clandestina, se remiten a hechos ya pasados, que podemos nombrar con la emoción de lo bien disfrutado y que son peldaños que nos subieron a la cúspide de una pasión sublimada, que entiende de roces y de pieles erizadas que antes respondían a los ruidos de la pasión desenfrenada y ahora, a la música de los sentimientos que llegan al corazón y anidan en él, para nunca desear salir jamás.

Es ciertamente muy suave, acariciador; hoy entiendo a la perfección el término adorable, eso eres y significa, creo, algo que se puede venerar hasta sustituir toda la vida con su imagen y sus circunstancias, suena excesivo pero puede ser que eso sea el verdadero Amor. Porque en él, mi Universo se ordena, las cosas caen lógicamente en su sitio y una paz que encierra el significado de la vida en este mundo se desvela de forma precisa y clara. Y así resulta que el Amor no es complicado, ni monótono, ni causa dolores ni decepciones, está más allá del bien y el mal, existe en un real y magnífico lugar que algunos llaman Paraíso, otros Edén, pero para los que creemos que esta es la vida verdadera, única, no eterna, que no puede ser premiada ni castigada, eso es un lugar que se llama simplemente: Amor…o tal vez…“el jardín de las delicias”…nuestro jardín imaginario lleno de hadas y elfos, mirtos y jazmines, luces y sombras, silencios y melodías, pleno de vida: la tuya y la mía.

LSR.

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