jueves, 15 de septiembre de 2011

Transformación

15 de septiembre de 2011.

Transformación.

Toda modernidad sobre Dios es herejía.

En la vida nos perdemos de hacer muchas cosas. Cuando has estado a las puertas del ingreso a la Nada, sabes que más te arrepientes de lo que no hiciste que de lo que hiciste, aunque te alegras de lo hecho. Porque vida sólo hay una, me refiero a la vida real, ésta que Calderón decía que sólo es sueño y que otros pretenden sea sólo un lugar de paso, que es la mejor manera de dilapidar la esencia de esta vida que al menos es real, que me permite escribir sobre ella, sufrir y amar en ella porque las demás, sean cuales sean, son nada más que especulación. Creo que la gran confusión viene de las religiones que nos orientan, preparan, programan diría hoy en esta posmodernidad tecnológica, a creer en lo que no existe, en el absurdo, en lo imposible y a ponernos trabas de todo tipo que impiden ser libre y feliz a quien cae en sus enmarañadas redes, o a convertirnos en asesinos en su nombre.

Realmente somos poco evolucionados, desde los griegos eternos que “inventaron” la razón y que nos sacaron del mito, poco hemos avanzado y quizás la undécima tesis de Feuerbach sea de lo más cierto que haya escrito Marx. Hemos interpretado el mundo pero no lo hemos transformado. Seguimos creyendo que estamos de paso a otro lugar que se llama cielo o infierno establecidos por dioses que en cuanto son infinitamente amorosos y el colmo de la bondad, por una nimiedad nos envían a un infierno eterno, no puede ser. Tengo una fe inconmovible en Dios, pero no en esos dioses y menos en sus pretenciosas religiones que saben cuáles son sus designios y que se arrogan el derecho de perdonarnos, de premiarnos si nos atenemos a los lineamientos que sólo provienen de sus caducas estructuras, carentes de lógica y lo más triste, de Amor, que alimentan el narcisismo, la soberbia, la marginación, convirtiendo sus palabras en absolutos carentes de solidaridad y de bondad.

Agreguemos a lo anterior a los políticos y mercaderes y tendremos un cóctel infernal, que ha provocado el caos en el cual ahora vivimos; no hay fuerza, entereza moral por ningún lado. Existen las leyes, pero parece ser que escritas en un idioma que los humanos no entendemos, y así, el mundo entero está en crisis, el terror, la violencia, la corrupción, se han adueñado del planeta, porque no lo hemos transformado, sencillamente hemos interpretado su estado en cada época, si hacemos eso con esta en que vivimos, vamos a estudiar, demostrar, la confusión, el desorden, lo podredumbre que nos abate y nos lanza a una carrera en donde los poderosos viven de los débiles y los sistemas bancarios, la más elegante y sistemática manera de robar inventado por los hombres, nos compran la vida, nuestras esperanzas y anhelos y llenan el Universo de desesperación. Crean un mundo oscuro, incomprensible para la mayoría de los mortales, que nos deja indefensos ante el monstruo voraz de las economías planetarias. Creo, como dice Stéphane Hessel, que debemos indignarnos contra tanta ignominia, pero también transformarnos para alcanzar la libertad, la paz y la felicidad que nos merecemos…en esta vida, en este mundo.

LSR

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