sábado, 12 de noviembre de 2011

Estás en mis sueños.

San Salvador 12 de noviembre de 2011.

Estás en mis sueños.

Nos dijimos durísimas palabras, aborrecibles frases que no pensamos de verdad, pero aun así en nuestro “sueño” seguimos juntos, la mente es a veces así querida, falaz, inconsistente, nos traiciona de forma que, en ocasiones, casi vuelve imposible los retornos, las reconciliaciones, pues esas palabras dichas sin pensarlas hieren profundamente, laceran el alma, dejan cicatrices en lo más recóndito de nuestras mentes. Afortunadamente no fue ese nuestro caso, pero a pesar de nuestra reconciliación, ahí están los oscuros laberintos que dejaron las indeseadas palabras de nuestra historia de amor.

La mente y la vida son así. Porque a pesar del amor, el sufrimiento que nos infligimos al ofender a los que amamos, pero sobre todo a los que nos aman, esa inconciencia de la cólera contenida, del desesperado esfuerzo de expulsar nuestro infierno interior, nos hace expresar, gritar con salvaje furia, frases que hacen y nos hacen sufrir, rompen la geometría de las relaciones profundas y nos sumergen después en el caos de la desesperación.

Tengo que decir en descargo de esos exabruptos, que he llegado a pensar que quizás sean inevitables, son execrables formas catárticas de nuestro comportamiento, mas a pesar de lo cruel y dolorosas que son, en su rara eclosión, terminan con las furias internas y nos reconcilian con la dulce realidad de la disculpa infinitamente sentida, del perdón purificado por la vergüenza, y entonces se entiende que en esas ocasiones se aplica aquello de que mejor lo intenso que lo extenso, un infierno de instantes, contra un cielo prolongado…si hay real perdón.

Y aquí estamos, ya sabía, sabíamos, aunque nos costaba admitirlo, que en nuestro camino a Itaca encontraríamos furias externas e internas, pero también lugares de placidez asombrosa y es en ese pendular de las circunstancias de la vida, donde encontramos el auténtico sabor de la misma, los instantes de felicidad.

Vives en mi mente de una forma continua, en mis sueños, estás siempre a mi lado; es una extraña forma de transliteración de la realidad que, en ocasiones, no me permite saber si estoy en la vida que transcurre o en tu vida que amo con desenfrenada ansiedad. Nos dijimos tantas cosas sin pensar, que no pudimos crear nuestro sueño dentro de nuestra propia vida y así, aunque en un indefinido mundo onírico, seamos lo que siempre quisimos ser, en la realidad, viajamos por caminos opuestos. No es que nos dejáramos de amar, no, pero aquellas palabras abrieron, a pesar del perdón, una brecha tan extensa, que el puente de ideas que necesitábamos era tan extenso y tan delicado, que ni tú ni yo, pudimos tejer la telaraña de reflexiones que se necesitaban para unir el Universo de nuestro sueño, con el Universo de nuestra realidad.

Ahora nos amamos en dos dimensiones separadas, pero es un amor que crece día a día, tanto, que pienso que en un futuro cercano se producirá una intersección, desaparecerá el abismo y estaremos de nuevo juntos, no sé si en nuestro sueño o en nuestra realidad, lo más probable es que sea en un sueño, porque no se puede vivir dudando de la vida...y nosotros dudamos.

LSR

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