jueves, 7 de noviembre de 2013

San Salvador, 5 de noviembre de 2013.

Ignorancia y Libertad.

Es imposible considerar que en la ignorancia encontremos la Libertad. Quien no piensa como yo es un imbécil, esto dice una mitad del mundo y la otra mitad responde de la misma manera. Las dos son formas químicamente puras de la ignorancia. Después de la Segunda Guerra Mundial y de las atrocidades de ambos bandos, aunque parece que sólo los alemanes las cometieron, cosa en la que no coincido, se trató de crear una conciencia clara de lo que deberíamos hacer para no caer en ese mismo error. Las palabras del escritor, poeta y ensayista mexicano Torres Bodet, entonces delegado de México para la creación de la organización de la comisión para la cultura y las ciencias, son un ejemplo de lo que se predicaba y no se cumplió, decía él: «abordar en la historia humana una era distinta de la que acababa de terminar». Un orden del mundo en el que ningún Estado pudiera colocar un telón en torno a su población ni «adoctrinarla sistemáticamente con ayuda de unas pocas ideas angostas y rígidas». Una época en la que reinaría «un auténtico espíritu de paz» porque las ideas circularían libremente de una nación a otra, y porque, en lugar de ser amaestrados, idiotizados y manipulados por las ideologías totalitarias, los individuos serían educados para servirse de su razón.” Lo cito del libro de Alain Finkelkraut, “La Derrota Del Pensamiento."

Pero es que hemos hecho exactamente lo contrario en los últimos setenta años. Hemos indoctrinado a los pueblos de acuerdo a las ideas imperantes, por exóticas que estas sean, por injustas que sean, por totalitarias que sean y hemos llevado ignorancia a través de la manipulación social y política a nuestros pueblos y, desde finales del siglo pasado no sólo los gobiernos sino las grandes transnacionales, imperios económicos sedientos de dinero y absolutamente sin escrúpulos, deshumanizados y perversos en su accionar, que comercian a nivel global con el dolor y la miseria humana. Venden armamentos, crean guerras y confusión sobre el planeta. En el Medio Oriente, Asia, África y en América Latina, las dictaduras manipulan e idiotizan a los ciudadanos, de otra manera es inexplicable que países con recursos casi ilimitados vivan en las condiciones que viven. No hemos desarrollado un auténtico espíritu de paz, mucho me temo que las guerras del siglo XX y XXI son más odiosas, crueles y abusivas que las de cualquier siglo anterior, veamos sino la guerra de Irak, fundamentada en una burda mentira, que dio lugar a la mal llamada "Primavera Árabe", de resultados más que dudosos, de trágico y desconocido final.

Todo esto debido a que las grandes grandes naciones dejan caer subrepticiamente sobre la conciencia de los ciudadanos del mundo un velo de ignorancia, ocultando la realidad económica, social y política que oscurece la verdad en todas partes y somete a los pueblos, incluidos a los más "civilizados", a penurias sin fin y a una pérdida de ganancias sociales duramente conseguidas a través de siglos.

Desde esa negra perspectiva comprendo con claridad que El Salvador está perfectamente inmerso en la vorágine de la ignorancia provocada y de la endémica ignorancia de un pueblo poco educado. Los adoctrinamientos políticos y sociales extremos de la derecha y la izquierda y de todo el espectro político nacional, ayudados por quinta columnistas y plumíferos en ambos bandos, no sólo causan confusión sobre el pueblo ignorante, sino una auténtica catástrofe intelectual que nubla la razón y desata las más bajas pasiones. Esto recrudece la confrontación y aumenta la incomprensión de la verdad con el consiguiente aumento de la ignorancia, que mantiene a los pueblos en campo de la más salvaje manipulación. Realmente pienso que sólo la verdad nos hace libres, y ella se encuentra en la reflexión y en la virtud, no hay otra alternativa, ni otro camino. Los extremos nos llevan al despeñadero, a la miseria y la esclavitud. Nosotros elegimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario