jueves, 21 de junio de 2012

Por qué te amo

San Salvador, 12 de junio de 2012.

Por qué te amo.

Tú ya lo sabes, pero necesito que sepas cómo te amo y por qué me gusta amarte; quiero decírtelo para que no tengas duda de ello y creo que no la tienes, para que sepas por qué he estado en las buenas y en las malas a tu lado; me sentiría incompleto sin tu continua presencia, sin tu certero juicio que me ha guiado en tantas ocasiones y por  la secreta e íntima armonía que provoca en mi espíritu tu ya larga compañía, años de conjurar espectros, fantasmas invisibles que jamás existieron pero que asustaban tu espíritu, de abrazar las amables circunstancias de nuestro peregrinar, que eso es lo que hemos hecho y hacemos; viajamos a un sitio que queda en ningún lugar y que jamás tendrá un sitio real, como aquel Universo cuyo centro, nosotros, está en todas partes y su circunferencia en ninguno. Estas palabras son un intento de definirnos, una aproximación, una lucubración que busca, quiere descubrir, lo que pasa dentro de mi cuando pienso en ti.

Son tantas cosas, que necesitaría un tiempo igual al que hemos compartido para decirte las múltiples, casi infinitas facetas de  nuestra singladura juntos a través de este océano, a veces tranquilo, a veces tormentoso, de nuestras vidas. Un universo de una complicada arquitectura, a veces paradójica, que conforma espacios imaginarios que no sirven para ser habitados, al menos por nosotros como unidad.

No ha sido fácil, pero  sí, inmensamente gratificante. En ocasiones, algunos instantes, los he creído de ruptura total, pero mi amor sobrepasó las más grandes tormentas y es lo que hace que, en cada ocasión de crisis, el camino empiece a tomar formas armoniosas, en donde la compañía, el compartir un mundo que sólo es nuestro, le da una belleza, un encanto y un misterio especial a nuestra vida.

Puede parecer extraño, pero creo que todas las vidas, todas las relaciones, todos los amores, tienen ese componente paradójico que crea geometrías que confunden la comprensión de los verdaderos sentimientos y oscurecen los senderos de la vida armoniosa. Lo realmente importante es la habilidad para descifrar los códigos ocultos de cualquier relación y tratar de interactuar con ellos, aunque siempre he dicho que la sinceridad es fundamental para la armonía y ésta no esconde códigos de ningún tipo. Pero ninguna regla del amor está escrita en piedra y todos construimos universos diferentes, unos más complejos que otros y de formas simples o complicadas.

La vida, creo que lo has notado, es como una partida de ajedrez, gobernada por fórmulas, movidas y estrategias que conducen, cuando hay amor, no a ganar sino a empatar, a cooperar, a compartir los recursos intelectuales de cada quien, algo en lo que tú has sido pródiga, generosa e ilimitada en tu bondad.



Como dije, tengo múltiples razones para amarte, tantas que este ejercicio es un juego de palabras simple, se queda muy corto, pero como dije al inicio, es un testimonio para una sola persona, para ti, para que comprendas la dimensión exacta de mis sueños y mi infinita esperanza en tu cariño.

Qué simple es, ¿Verdad?, tan simple que todo se encierra en dos palabras: te amo.

LSR.

No hay comentarios:

Publicar un comentario